Sagradas Escrituras (Biblia del Oso) - 15691 ¶ Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que sois llamados; 4 Hay un cuerpo, y un espíritu; como sois también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todas las cosas, y por todas las cosas, y en todos vosotros. 9 (Y que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero en las partes más bajas de la tierra? 10 El que descendió, él mismo es el que también subió sobre todos los cielos para cumplir todas las cosas.) 11 Y él dio unos, apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y maestros; 12 con el fin de perfeccionar a los santos en la obra del ministerio, para edificación del cuerpo del Cristo; 13 hasta que todos salgamos en unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, en varón perfecto, a la medida de la edad cumplida del Cristo; 14 que ya no seamos niños inconstantes, y seamos atraídos a todo viento de doctrina por maldad de hombres que engañan con astutos errores; 16 del cual, todo el cuerpo compuesto y bien ligado entre sí por el alimento que cada vínculo suministre, que recibe según la operación de cada miembro conforme a su medida, toma aumento de cuerpo edificándose en caridad. 17 ¶ Así que esto digo, y requiero en el Señor, que no andéis más como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su sentido. 18 Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la ceguedad de su corazón; 19 los cuales después que perdieron el sentido de la conciencia , se entregaron a la desvergüenza para cometer con avidez toda suerte de impureza. 22 a que dejéis, en cuanto a la pasada manera de vivir; es a saber el viejo hombre que se corrompe conforme a los deseos del error; 25 Por lo cual, dejando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. 28 El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad. 29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé gracia a los oyentes. 30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención. 31 Toda amargura, y enojo, e ira, y gritería, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia; 32 antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó en el Cristo. |