| Isaías 58:3-8
	
		
						| Sagradas Escrituras (Biblia del Oso) - 15693 ¶ ¿Por qué, dicen , ayunamos, y no hiciste caso? ¿Humillamos nuestras almas, y no lo  supiste? He aquí que en el día de vuestro ayuno halláis lo que queréis; y todos demandáis vuestras haciendas.  4 He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente. No ayunéis como hasta aquí, para que vuestra voz sea oída en lo alto.  5 ¿Es tal el ayuno que yo  escogí? ¿Para que el hombre aflija su alma? ¿Que encorve su cabeza, como junco; y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable al SEÑOR?  6 ¿No es antes el ayuno que yo escogí, desatar los líos de impiedad, deshacer los haces de opresión, y soltar libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?  7 Que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras; y no te escondas de tu hermano.  8 ¶ Entonces nacerá tu luz, como el alba; y tu sanidad reverdecerá presto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria del SEÑOR te recogerá.  |  |