Sagradas Escrituras (Biblia del Oso) - 15691 ¶ Y como fueron cerca de Jerusalén, de Betfagé, y de Betania, al monte de las Olivas, envía dos de sus discípulos, 2 Y les dice: Id al lugar que está delante de vosotros, y luego entrados en él, hallaréis un pollino atado, sobre el cual ningún hombre ha subido; desatadlo y traedlo. 3 Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? Decid que el Señor lo necesita; y luego lo enviará acá. 8 Y muchos tendían sus vestidos por el camino, y otros cortaban hojas de los árboles, y las tendían por el camino. 9 Y los que iban delante, y los que iban detrás, daban voces diciendo: ¡Hosanna! Bendito el que viene en el Nombre del Señor. 10 Bendito el Reino que viene en el Nombre del Señor de nuestro padre David: ¡Hosanna en las alturas! 11 Y entró el Señor en Jerusalén, y en el Templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, y siendo ya tarde, se fue a Betania con los doce. 13 Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, vino a ver si quizá hallaría en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas; porque no era tiempo de higos. 14 Entonces Jesús respondiendo, dijo a la higuera: Nunca más coma nadie fruto de ti para siempre. Y lo oyeron sus discípulos. 15 Vienen, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el Templo; y trastornó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; 17 Y les enseñaba diciendo: ¿No está escrito que mi Casa, Casa de oración será llamada por todas las naciones? Y vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. 18 Y lo oyeron los escribas y los príncipes de los sacerdotes, y procuraban cómo le matarían; porque le tenían miedo, porque toda la multitud estaba maravillada de su doctrina. 23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate, y échate en el mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho. 25 Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también a vosotros vuestras ofensas. 26 Porque si vosotros no perdonareis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas. 27 ¶ Y volvieron a Jerusalén; y andando él por el Templo, vienen a él los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos; 28 Y le dicen: ¿Con qué facultad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado esta facultad para hacer estas cosas? 29 Y Jesús respondiendo entonces, les dice: Os preguntaré también yo una palabra; y respondedme, y os diré con qué facultad hago estas cosas. 31 Entonces ellos pensaron dentro de sí, diciendo: Si dijéremos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creisteis? 32 Y si dijéremos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos juzgaban de Juan, que verdaderamente era profeta. 33 Y respondiendo, dicen a Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dice: Tampoco yo os diré con qué facultad hago estas cosas. |