Levítico 12:1-13:59

En esta porción bíblica encontraremos unas instrucciones que YHVH le da a Moisés sobre la purificación de la mujer después del parto, además de leyes acerca de la letra e impurezas físicas. 

Purificación de la mujer después del parto

Entre las instrucciones para la mujer cuando  quedase embarazada y daba luz varón iba a ser inmunda siete días y al octavo día haría la circuncisión del niño. Además debía quedarse 33 días purificándose de su flujo de sangre, no podía tocar ninguna cosa santa ni visitar el templo hasta que llegase el cumplido los días de su purificación. En el caso que diera luz hija, seria inmunda el doble de días o sea 14 días y 66 días estaría purificándose de su sangre. 

Luego de su purificación debía traer un cordero de un año para holocausto y un palomino o una tórtola para expiación a la puerta del tabernáculo de reunión. Pero si no tuviese lo suficiente para un cordero, traería entonces dos tórtolas o dos palominos; uno para el holocausto y el otro para la expiación y será limpia del flujo de su sangre. 

Según este mandamiento podemos comprobar que José y Miriam eran pobres, ya que precisamente en Lucas 2:22 se menciona que cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, ofrecieron un par de tórtolas, o dos palominos. 

Lucas 2:21-24
"21 Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre YESHÚA, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido. 22 Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle a Adonai 23 (como está escrito en la ley de Adonai: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo a Adonai), 24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley de Adonai: Un par de tórtolas, o dos palominos."

Instrucciones acerca de la lepra

Lepra o tsara'at en hebreo es una infección como consecuencia de una condición pecaminosa; es una plaga enviada a los hijos de Israel como respuesta a su desobediencia si lo vemos espiritualmente.

Para esta condición, YHVH le dió a Moisés y Aarón instrucciones de cómo trabajar con aquella persona que padeciera lepra. 

Esta persona tenía que ser llevada donde Aarón o uno de sus hijos para poder identificar si tuviese en la piel alguna hinchazón, erupción o mancha blanca. 

Si el sacerdote resultase de que haya visto en la piel alguna llaga, y en esa llaga tuviese pelo que se haya vuelto blanco y la llaga pareciera más profunda que la piel, diagnostica que es llaga de lepra y lo declararía el inmundo.

Si la piel presentaba una mancha blanca pero no pareciera más profunda que la piel ni el pelo se hubiera vuelto blanco entonces el sacerdote pondría en cuarentena al llagado por 7 días. Si al séptimo día el sacerdote ve que mantiene el mismo aspecto no extendiéndose en la piel, volverá a encerrar al llagado por siete días más.

De la manera en que podría ser declarado limpio el llagado era que el sacerdote al verlo de nuevo se haya oscurecido la llaga y que no haya cundido en la piel. Declararía que era erupción y la persona se lavaría sus vestidos y sería limpio.

En el caso que la erupción se haya extendido en la piel, entonces se declararía al llagado inmundo porque sería lepra.

En el caso de lepra crónica es cuando el sacerdote haya visto en el llagado un tumor blanco en la piel que haya mudado el color del pelo y se descubre a sí mismo la carne viva. Este se declararía inmundo y se le encerraría. 

Sin embargo si la carne viva cambia y se volviere blanca entonces el sacerdote lo miraría y lo declararía limpio al que tenía la llaga.

Cuando se declara a a alguien leproso debía llevar vestidos rasgados, su cabeza descubierta y embozado (cubriendo su rostro por la parte inferior hasta las narices o los ojos) pregonaría ¡inmundo, inmundo! Todo el tiempo que la llaga estuviese en él sería inmundo y habitaría solo fuera del campamento.

Isaías 53:3,5 "Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados."

Hebreos 13:12-14 "Por lo cual también Yeshúa, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio; porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir."

Hay otras instrucciones como personas que tuviesen en su piel divieso (úlcera), tiña, quemadura de fuego o cuando el hombre se le cae el cabello que no estaremos cubriendo en este estudio al momento.

Marcos 1:40-45 "40 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. 41 Y Yeshúa, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. 42 Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquel, y quedó limpio. 43 Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego, 44 y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos. 45 Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Yeshúa no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes."

Otros casos de Lepra: Miriam (Números 12), Naaman y Giezi (2 Reyes 5)

Instrucciones para limpiar al leproso

En leproso sería traído el sacerdote, este saldría fuera del campamento para examinarlo y de estar sano; mandaría para que tomasen para él dos avecillas vivas limpias, madera de cedro, grana e hisopo.

Estos elementos lo vemos en el momento del sacrificio del Mesías. Fue colgado en un madero (humanidad, Mr 8:24), le acercaron un hisopo (purificación) lleno de vinagre, la sangre derramada por nosotros por paga de nuestros pecados y las avecillas representación de Yeshúa y nosotros; el cuál una muere para dar a la otra vida.

Salmos 51:7 "Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve."

Isaías 1:18 "Venid luego, dice YHVH, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana."

Para purificar y limpiar al leproso se debía matar una avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes y la acecilla viva, el cedro, la grana y el hisopo los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas corrientes. Esto debía rociarse siete veces sobre el que se purifica de la lepra y así se declararía limpio y se soltaría avecilla viva en el campo.

Juan 19:34 "Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua."

Ezequiel 36:25 "Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré."

Luego de declararse limpio se purificará de su lepra y se lavará sus vestidos. Este podría entonces entrar en el campamento pero debería morar fuera de su tienda por 7 días y en el día séptimo raeria todo su pelo tanto de su cabeza, su barba, cejas de los ojos y lavaría sus vestidos su cuerpo en agua y será limpio.

Esto nos muestra que sin vestiduras limpias, o sea un nuevo nacimiento desechando nuestro viejo hombre no podemos entrar y ser parte del pueblo de Elohim 

Romanos 6:6 "sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado."

Al octavo día se tomaría dos corderos sin defecto y una cordera de un año sin tacha además de tres décimas de esa de flor de harina para la ofrenda amasada con aceite y un log de aceite. El sacerdote presentaría delante de YHVH al que ha de limpiar con aquellas cosas a la puerta del Tabernáculo de reunión. 

Tomaría El Cordero y lo ofrecería por la culpa con el de aceite y lo meserá como ofrenda mecida delante del YHVH y degollará el cordero en lugar donde se degolla el sacrificio por el pecado y el holocausto en el lugar de santuario porque como la víctima por el pecado así también la víctima por la culpa es del sacerdote es cosa muy sagrada (Levitico 5:14-19). 

El sacerdote tomará de la sangre de la víctima por la culpa y la pondrá al sacerdote sobre el logro de la oreja derecha del que se purifica sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. Así como se hacía cuando se consagraba Aarón y los sacerdotes. (Levitico 8:23).

Así mismo el nos consagra por medio de su sangre a caminar en fe, escuchando su voz y poniendo por obra sus mandamientos; así como el obedeció al Padre Celestial.


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"YHVH te bendiga y te guarde; YHVH haga resplandecer su rostro sobre tí,
y tenga de tí misericordia; YHVH alce sobre tí su rostro y ponga en tí paz."
- Números 6:24-26