Fecha: 09/19/2018
Yeshúa decide viajar hacia Galilea pero primero quiso pasar por el territorio de Samaria para darle a sus discípulos una enseñanza hermosa de reconciliación. En este territorio de Samaria estaban la mayoría de las tribus de Israel luego de la separación de la tribu de Juda y Benjamin con las otras 10 tribus como es relatado en los libros de 1 Reyes y 2 Reyes (2 Reyes 17:18). 4 ¶ Y era necesario que pasase por Samaria. Pasando por este territorio Yeshúa se encuentra solo (pues sus discípulos fueron a buscar comida) y estando solo descansaba cerca del pozo de agua hincado en el tiempo de Jacob, en este lugar se encuentra con una mujer perteneciente al territorio de Samaria a la cual le pide de beber. 5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria que se llamaba Sicar, junto a la heredad que Jacob dió a José su hijo. 6 Y estaba allí la fuente de Jacob. Pues Yeshúa, cansado del camino, así se sentó a la fuente. Era como la hora sexta. 7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Yeshúa le dice: Dame de beber. 8 (Porque sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.) Los Judíos y Samaritanos no tenían una buena relaciónLas razones por las cuales los judíos no tenían una buena relación con los samaritanos son múltiples, si hacemos una búsqueda en la biblia por la palabra “Samaria” nos encontramos con varios problemas y conflictos que ocurrieron en este territorio al norte de Jerusalem especialmente en los libros de Reyes y Crónicas. Luego que Israel decide ser gobernado por hombres titulados reyes como hacían las otras naciones (1 Samuel 8:11-18), el pueblo de Jacob (Israel) entró en varios actos pecaminosos en los que el pueblo poco a poco se fue alejando de YHVH y por consecuencia sufrieron en diferentes formas por su propia decisión. 9 Y la mujer samaritana le dice: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque los judíos no se tratan con los samaritanos. Es de suma importancia entender que este territorio de Samaria fue una vez el territorio de la tribu de Efráin y Manasés así como todas las tribus que se separaron de Judá y Benjamín. Muchos de los que vivían en estos territorios tenían conocimiento de la palabra de Dios. A pesar de las atrocidades que hayan podido ocurrir en la región siempre quedaba un remanente. Sin embargo, todos los samaritanos eran rechazados y despreciados por los Judíos los cuales los veían como pecadores y causantes de la ruina y cautiverio de Israel. Yeshúa le revela a la samaritana su identidadYeshúa le explica a la mujer que el no venía a juzgarla sino a ofrecerle salvación, pero la mujer no entendía las palabras de Yeshúa. 10 Respondió Yeshúa y le dijo: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú pedirías de él, y él te daría agua viva. 11 La mujer le dice: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes el agua viva? La mujer declara que es hija de JacobLa mujer parecía compartir la misma fe y creencia impartidas desde Dios por Moisés y los profetas al pueblo de Israel, lo que nos declara cuando se refiere a Jacob como padre. Esto nos evidencia que ella era descendiente de alguna de las tribus de Israel. Los habitantes de esta región eran como huérfanos abandonados por la única tribu de Israel (Juda) que quedó luego que el Señor desechara (excluyera, reprobara) las otras tribus por causa de su desobediencia (2 Reyes 17:18). A pesar de todo esto, debemos tener en cuenta que también la tribu de Judá cometió errores pero Yehováh tuvo misericordia con ellos debido a que de esta tribu (del linaje de David) nacería Yeshúa, por lo que habían unos planes mayores que los mismos pecados de Judá. 12 ¿Eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dió este pozo, del cual él bebió, y sus hijos, y sus ganados? Luego de esto Yeshúa le declara a la mujer que en Él se encuentra la fuente de agua viva, y que al servirle a Él estaría obteniendo vida eterna. 13 Respondió Yeshúa y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed; sino que el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer aún no entendía (las aguas eran la Palabra/Torah) o no quería creer lo que Yeshúa le estaba diciendo por lo que Yeshúa le revela a ella información que solo ella conocía. 15 La mujer le dice: Señor, dame esta agua, para que no tenga sed, ni venga acá a sacarla. 16 Yeshúa le dice: Ve, llama a tu marido, y ven acá. 17 Respondió la mujer, y le dijo: No tengo marido. Le dice Yeshúa: Bien has dicho: No tengo marido; 18 porque cinco maridos has tenido; y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. 19 Le dice la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. Yeshúa le enseña a la mujer la verdadera adoraciónEn la Torah Jerusalén era (o es) la tierra santa y prometida, según el mandamiento es el lugar hacia donde viajaban las personas que querían presentarse en adoración a Dios en los tiempos señalados (Levítico 23), era el lugar donde se distinguía al pueblo de Dios. Sin embargo, Yeshúa le explica que aunque la salvación viene de los Judíos (por que de la tribu de Juda, del linaje de David fue que nació Yeshúa nuestro salvador), los verdaderos adoradores son aquellos que le creen y obedecen sin importar de que nación son, además de que Yeshúa vino a buscar la mujer que había sido dejada por su infidelidad, el pueblo que fue esparcido entre las naciones del mundo entero (Isaías 54:1-4). 20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde es necesario adorar. 21 Le dice Yeshúa: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salud viene de los Judíos. 23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en Espíritu y en verdad es necesario que adoren. Adorar es: reverenciar o rendir culto a un ser que se considera de naturaleza divina, por otro lado adorar también es: amar con extremo. De esta manera si las palabras de Dios son Espíritu (Juan 6:63) y Dios busca gente que le adoren (realmente obedezcan) en Espíritu y verdad, entonces Yeshúa le dió a entender que el lugar o territorio no definían la santidad, sino que esta procedía de la obediencia de la Palabra de Dios. De esta manera declaró Yeshúa que Él habría de manifestarse para salvación a todo el mundo y la mujer lo que tenía que obedecer eran las Palabras de Yehováh y no los mandatos de hombres. La mujer cree en Yeshúa por su PalabraA todo esto la mujer declara en Juan 4:25 que ella ya tenía conocimiento sobre el Mesías (que significa El Salvador o El Ungido de YHVH) y estaba esperando por Él. Yeshúa finalmente le reafirma a la mujer que Él es el Mesías. Ella se tiene que haber emocionado en gran manera, y en un acto de fe salió en busca de los otros hombres para contarles sobre el ungido (Mesías). 25 Le dice la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Mesías; cuando él viniere nos declarará todas las cosas. 26 Le dice Yeshúa: Yo Soy, que hablo contigo. 27 ¶ Y en esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con aquella mujer; mas ninguno dijo: ¿Qué preguntas? O, ¿Qué hablas con ella? 28 Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a aquellos hombres: 29 Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿si quizás es éste el Mesías? 30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él. La mujer le cuenta todo a los hombres y estos no dudaron en ir inmediatamente a conocerle lo que demuestra el deseo de todos ellos de ser redimidos de su pecado. Mientras tanto Yeshúa le enseña a los discípulos que es más importante llevar el evangelio de Dios al mundo para la salvación de las naciones que cumplir con las necesidades y apetitos de la carne. Yeshúa se preocupó primordialmente por llevar la palabra en esa ciudad de Samaria para la salvación de su cuerpo, la congregación de Yehováh (Lucas 12:19-23). 31 Entre tanto los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. 32 Y él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. 33 Entonces los discípulos decían el uno al otro: ¿Si le habrá traído alguien de comer? 34 Les dice Yeshúa: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. Yeshúa enseña a los discípulos la importancia de la persistenciaAquella mujer conocía sobre Dios, la palabra había sido sembrada en ella por otros (profetas) que sembraron ese campo (que se conocía como Samaria). Los judíos no trataban con ellos por que los tenían tachados como por personas de pecado, sin embargo la palabra que había sido sembrada en ellos estaba esperando a ser segada para buenos frutos. De esta manera Yeshúa le explica mediante parábola a sus discípulos la importancia que tenía ir al mundo y recoger al pueblo perdido de Yehováh. 35 ¿No decís vosotros que aún hay cuatro meses y la siega viene? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos, y mirad el campo, porque ya están blancas para la siega. 36 Y el que siega, recibe salario, y allega fruto para vida eterna; para que el que siembra también goce, y el que siega. 37 Porque en esto es el dicho verdadero: Que uno es el que siembra, y otro es el que siega. 38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores. De esta misma manera nosotros los creyentes (hechos parte del pueblo de Israel) y seguidores actuales de el Mesías tenemos que ir a recoger las ovejas perdidas de nuestra comunidad para gozarnos de los frutos que darán a su tiempo. ConclusiónLa mujer declaro con su boca a los hombres todo el asunto respecto a Yeshúa el Mesías, los cuales creyeron por el testimonio de ella. Esto los llevo a caminar directamente hacia el Mesías para conocerle. ¡De esta manera conocieron al Salvador del mundo comenzando su carrera hacia la santidad para salvación! 39 Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio, diciendo : Que me dijo todo lo que he hecho. 40 Viniendo pues los samaritanos a él, le rogaron que se quedase allí; y permaneció allí dos días. 41 Y creyeron muchos más por la palabra de él. 42 Y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Mesías. De esta misma manera compartamos nuestro testimonio de salvación con el mundo sin importar a quién, Yeshúa vino para traer salvación al mundo entero sin hacer distinción de persona. Seamos sembradores (del evangelio y Palabra de salvación) sin olvidar que tenemos que recoger los frutos (personas para salvación) de este evangelio de salvación dado a nosotros por Yeshúa. Comentarios
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