Fecha: 09/19/2018
1 ¶ De manera que cuando el Señor supo como los fariseos habían oído que Yeshúa hacía discípulos y bautizaba más que Juan, 2 (aunque Yeshúa no bautizaba, sino sus discípulos), 3 dejó a Judea, y se fue otra vez a Galilea. Yeshúa al enterarse que los fariseos le estaban cuestionando a Juan el Bautista (Juan 3:25-28) con respecto a como Yeshúa luego de ser bautizado por Juan también comienza a bautizar, decide viajar a Galilea. La razón por la cual Yeshúa toma esta decisión de viajar a Galilea nos es revelada en Lucas 4:24 donde Yeshúa enseña que ningún profeta es acepto es su tierra. A través de esta decisión Yeshúa le enseña al pueblo de Judea los errores que cometieron en el pasado con Elías y Elíseo quienes fueron hombres escogidos por Dios para señalar las faltas del pueblo haciéndoles un llamado al arrepentimiento, pero estos no les obedecieron ni creyeron. Los fariseos se enojaron tanto con la verdad de Yeshúa que lo querían matar pues ellos al presente estaban actuando de la misma forma (Lucas 4:29). Los discípulos bautizaban con agua, Yeshúa bautizaba en EspírituNos dice la Palabra en Juan 4:2 que quienes bautizaban a las personas que creían en Yeshúa no era el propio Yeshúa, sino que eran sus discípulos. Pero también nos dice la palabra lo siguiente: 11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras de mí, más poderoso es que yo; los zapatos del cual yo no soy digno de llevar. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 5 Respondió Yeshúa: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y de Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Yeshúa no bautizaba con el agua de los ríos, pero si bautizaba con el agua limpiadora que es mediante el Espíritu de su Palabra (La Torah). 37 Mas en el postrer día, el día grande de la Fiesta, se puso de pie y clamó, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre. 63 El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado, son Espíritu y son vida. 16 Mas no todos obedecen al Evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? 17 Luego la fe es por el oír; y el oído, por la palabra del Mesías. De esta manera podemos concluir que el bautismo con agua es una obra de la fe llevada acabo por los hombres para revelar al mundo una convicción, pero el verdadero bautismo es hecho en nosotros por la Palabra del Mesías (La Torah), evidenciada mediante nuestro testimonio de vida. Un ejemplo de esto lo son las celebridades, cantantes y artistas seculares famosos de los cuales algunos viajan a Israel y se bautizan en el rio del Jordán y hasta lo publican en la Internet como si fuera un modismo, pero en los mismos no vemos un cambio de vida que testifique esa hazaña de bautismo, por lo que ese bautismo viene a ser una obra muerta en la persona, así como lo eran los sacrificios de animales, circuncisión, ayunos, diezmos y días de fiestas, todos sin real obediencia a la Torah. Por lo que debemos guardarnos de no deshonrar a nuestro Salvador una vez iniciamos nuestro acto de fe (Hebreos 10:26-29). 10 Dos hombres subieron al Templo a orar: el uno fariseo, el otro publicano. 11 El fariseo, en pie, oraba consigo de esta manera: Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno lo de dos comidas cada sábado, doy diezmos de todo lo que poseo. 13 Mas el publicano estando lejos no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que hería su pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os digo que éste descendió a su casa más justificado que el otro; porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado. Finalmente, el bautismo en las aguas es un mandato de Yeshúa, pero este bautismo de arrepentimiento en nuestras vidas debe ser con una actitud igual a la del hombre publicano y mas allá de eso se debe evidenciar nuestro arrepentimiento genuino mediante nuestra vida, y esto no lo podemos lograr por la mano de hombres, sino, solamente por la Palabra de Dios (La Torah), este es el bautismo dado a nosotros por el Mesías la verdadera agua limpiadora, el agua viva, la Palabra hecha carne. 10 Respondió Yeshúa y le dijo: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú pedirías de él, y él te daría agua viva. Comentarios
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